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Los talleres de laminación fueron de los primeros edificios que destacaron por su construcción debido a sus dimensiones, 7 naves pegadas una a la otra con una anchura de 30,20m cada una (excepto una de 20), y una longitud en el caso mayor de 950m, ocupando un total una superficie de 138.800m². Éstas dimensiones junto al uso provocaron la dificultad constructiva en su momento, ya que lo lógico sería realizar el complejo en metal, pero la falta de material dificultaba en excesivo su materialización, por lo que se procedió a la prefabricación.Debido a la gran cantidad de prefabricados, ya que solo cimentaciones y pilares fueron construidos in situ, se construyó una instalación para realizar allí mismo los prefabricados, con una superficie que superaba cualquiera realizada antes. La pieza prefabricada más característica fue las vigas, que fueron objeto de debate en muchas publicaciones y congresos, y es que las vigas de importantes dimensiones eran de hormigón pretensado (el acero se tensa pensando en las futuras tensiones), que no solo tenían que soportar la cubierta, también los puentes grúas que levantarían gran tonelaje. Se colocaban cuando algún pilar no se podía colocar por uso, por tanto tenía que soportar el esfuerzo de dos pórticos con un vano aproximado de 30m, ya que normalmente los pórticos están a 12-15m, que ya era una distancia importante en su momento para un edificio industrial. En cada pilar apoya los arcos de la cubierta que estéticamente son como arbotantes (pieza estructural gótica exterior, que facilitaba la elevación de catedrales), permite el escalonamiento para tener un cristalera a lo largo que da iluminación natural, con el ahorro energético que ello conlleva.Omar Ro.Ma.
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